Al llegar marzo ya estamos agotadas de solo pensar en las rutinas diarias de nosotras y de la familia, tenemos ganas de empezar algun proyecto nuevo, comenzar el gimnasio, asistir a un curso y volvemos a ponernos el traje de mujer maravilla (que de paso no nos queda como nos gustaria, punto a favor para que nuestra vocecita malefica siga taladrando nuestras ideas); y asi es como no pasamos ni la primer quincena de marzo y sentimos una mochila de plomo sobre nuestra espalda. Siguiendo con mis confesiones sinceras esas sensaciones las estuve repitiendo gran parte de mi vida; hasta que llego el momento, ese que parece tirarte un baldazo de agua helada para despertarte de ese letargo negativo, que muchas veces hasta me sirvio para autoprotegerme y autodefenderme. Sin embargo, hoy me pregunto de quien, seamos honestas nosotras somos la mayoria de las veces nuestras propias enemigas, pero asi como solemos sabotear nuestra propia felicidad somos capaces de crearla, dibujarla, soñarla y hasta sin mas nada que importe VIVIRLA. Claro que tampoco fue una revelacion magica que hizo que despues de un largo tiempo de remordimientos, bronca y negatividad, ahora vivo en mi universo color arcoiris. Pero lo bueno es sentir ese momento y darse cuenta que somos personas maravillosas, capaces, bellas (externa e internamente), y que tenemos el poder de sonreir desde el alma, sentir lo que nos pasa y buscar muy dentro nuestro lo que amamos. Organizar las actividades para no enloquecer con los horarios, levantarnos antes de que suene el despertador para tomarnos un ratito para planificar la jornada, crear metas posibles, aunque sea de a pequeños pasos, respetarnos para que nos respeten, disfrutar del momento (una de las cosas que mas me cuestan todavia). Va a haber dias complicados y en los que nos vamos a sentir tentadas a gritar, enorjarnos, llorar y hasta querer meternos debajo del acolchado porque no queremos ver a nadie; pero ahi es cuando tenemos que poner en practica esta frase de volver a encontrarnos. Focalizar nuestra energia en las cosas que logramos, sentir que tenemos ganas de hacer y que no, volver a replantearnos lo que nos propusimos y de a poco volver a tomar las riendas de nuestra vida. Es un trabajo full time pero que se vuelve una rutina positiva cuando llega fin de año y vemos en retrospectiva todo lo que pudimos lograr y cuanto lo disfrutamos.
¿Que les parece ponerlo en practica? ¿Se animan?
HELADO DE YOGUR Y LAVANDA
1 yogurt natural
2 cdas de miel
1cdta de infusion de lavanda
Preparación:
Hacer una infusion con la lavanda y dejarla enfriar. Mezclar el yogur, la miel y la lavanda. Colocarla en los potecitos de helado y llevar al freezer durante 1 1/2 hora. Desmoldar y a disfrutar.
Si no sos fanatica de la lavanda podes aromatizarlo con vainilla. Y si queres un helado bajas calorias endulzalo con stevia.